27 de septiembre de 2013

20


No quiero gritar. En ruidos no puedo pensar.
No voy a estar donde otros aturden sus miedos.
No voy obligarte que entiendas.
No voy convencerte del por qué. Ni rogar que me creas.

Entre tantos y tontos, el trajinar es lento.

Los analistas del ser lo que nunca fue
no miran a los ojos. No cagan verdades.

En el silencio abierto te voy a encontrar,
a la orilla del recuerdo, leyendo la historia.
Para desatar el destino hay que seguir el camino.

Errando y boyando, voy y vengo,
no es por la hora que llego tarde,
es por donde estoy cuando llega el momento.

Cuando el desencuentro es frustración,
el consuelo es confianza.
Andando y andando, un día,

nos volveremos ver. 

Escrito N° 20 de la obra Perdón y Gracias, Año 2011. 

15 de septiembre de 2013

Feria x 2

Al fin puedo sentarme a hacer lo que más me gusta: reflejarme en una hoja en blanco.

Feria UNO

El 6/9 re-presenté mi libro Los Choripas y otros cuentos en la feria del libro de la Docta. De entonces a esta parte, entre  los quilombos nuestros de cada día y la necesidad innata de encontrarme a solas a digerir la experiencia vivida; hoy, por fin, me cayó la ficha: La presentación fue un encuentro

Un encuentro verdadero y completo.

Por ejemplo, esa mañana encontré cien pesos en el bolsillo de un saco que me salvaron el almuerzo. Después encontré un taxi apenas lo necesité, (en pleno centro y en la peor hora con casi 40 grados de sensación térmica)

Entonces empecé a hilar la idea de un en-cuentro.

Me encontré en la pasión literaria de Mabel Machado, la escritora y tallerista literaria que presentó mi libro, y digo esto porque encontrarse con Mabel Machado es más difícil que encontrarse con el Papa.

También me encontré en la Nati y en la Cami, que me llenaron de alegría. Me encontré en un gran amigo que hacía añares no veía, el querido Carlitos, con quien tuve tantas charlas de vida que jamás olvidaré, como aquella en que me explicó sus técnicas para que no se oigan los pedos cuando entraba en un baño de casa ajena. Me encontré en Tomás, amigo y colega generoso. Me encontré en las fotos que tomó mi hermano putativo, el negro Mariano. Me encontré en mí tío y en vieja, silenciosos e incondicionales acompañantes de toda la vida. Me encontré en la ausencia de algunos y me encontré también en la familia del Gringo la Belu y el Benja. Me encontré en mi equipo de trabajo, que en la vida siempre van al frente. Me encontré en rostros nuevos que me colmaron de entusiasmo y satisfacción. Me encontré en la energía de la Juli Santillán y me encontré en el apoyo y la paciencia de mi compañera de vida.

Me quedó la sensación de que al mismo tiempo todos se encontraron en todos, coincidiendo en ellos mismos, y pienso por estos tiempos encontrarse tiene un gran valor, porque encontrarse es romper una barrera que nos separa y coincidir es sencillamente bello. 

Principalmente me encontré a mí mismo en el libro y me encontré en las voces que ahí viven, que fue el encuentro que andaba necesitando, la barrera que me separaba. El quiebre lo hice cuando leí uno de los cuentos –no sabía que iba a leer- Ignoro si a otros escritores les pasará lo mismo, pero a mí me sucedió no poder leer nunca mi propia historia.

Ahora me siento más cerca de mí, sé que soy mi camino.

Gracias por acompañarme.



Feria DOS

El 8/9 re- re-presenté Los Choripas y otros cuentos en la feria del libro de La Rioja.  El acto fue de características similares, pero con veintipico grados más de temperatura que en Córdoba, así que hasta el momento de empezar la presentación transpiré aceitunas, aunque eso no fue nada, cuando vi que ya era la hora de empezar y vi la cantidad de sillas vacías que había en la sala, casi me cago encima. En un total aproximado de cien sillas, dos estaban ocupadas, una por una mujer adorable que me decía: “dale mi hijito, presenta el libro” La otra silla la ocupaba el chico del sonido, que parecía estar rogando que se suspendiera para irse a su casa. Me acerqué a una chica de la organización para informarle que iba a suspender la presentación, pero la chica miró la sala y dijo: no, no se puede suspender, si hay una persona presente, debe presentarse.

Y la que la tiro de las patas a la señora adorable, que además insistía: “dale, no seas tímido, presenta el libro” Encima ahora me sonaba a coqueteo.

Bueno, respiré hondo, tomé coraje y me senté en mi lugar. El chico del sonido se levantó sin ganas y fue hacia la consola del sonido, la señora se ubicó en la primera fila al frente mío y apunto estaba de empezar a decir no sé qué cuando se abrió la puerta y entró Fernando, escritor riojano y ahora amigo, que era de los pocos que había leído el libro y además le había gustado. Se sentó al lado mío y ofició de presentador. Atrás de él, entraron unas 12 o 15 personas más que se quedaron hasta el último, hicieron preguntas, se rieron e incluso aplaudieron fuerte cuando terminó la disertación.

En resumidas cuentas fue una experiencia maravillosa y muy cálida, no sólo por los 38 grados que hacía a las diez de la noche, sino por el trato afectuoso y generoso que dispensan los riojanos. Me sentí en familia y eso no tiene precio.  Ojalá vuelva pasado mañana.  Ojalá todos puedan visitar La Rioja.


Gracias Norma Colazo y gracias Gabi Cuello, toneles de besos. Regresé feliz. 




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