7 de mayo de 2014

PRIMERO DE MAYO.

Que el trabajo dignifica es una mentira pilar. Ningún habitante de la tierra, en su sano juicio eligió libremente trabajar. Primero fue obligado a servir y luego de centenares de años mudos y sangrientos consiguió recuperar algunas horas del día en libertad y un puñado de monedas a cambio del de las horas que pasaba sirviendo a su amo. El trabajo es la madurez perversa de la esclavitud, no puede dignificar a nadie: pudre la mente, corroe el cuerpo y beneficia a otro. El trabajo no reconoce género, edad ni raza, todo aquel que posea un cuerpo útil, podrá ser explotado por aquel que tenga el mejor derecho. 

Ningún hombre, mujer o niño debe trabajar, en todo caso deberán ser lo suficientemente libres y capaces para elegir hacer aquello que les permita reconstruir la historia y la experiencia de vivir dignamente. 


Feliz día del esclavo, a todos.