22 de agosto de 2018

Un cuarto de criollitos con chicharrón

Entré en una panadería en pleno centro de Córdoba. El lugar estaba hasta las manos y cuando llegó mi turno pedí un cuarto de criollitos con chicharón. El flaco que atendía me dijo que no había. Pensé que era una joda porque los criollitos con chicharon estaban en una panera arriba del mostrador justo en el medio de los dos. Entonces le pregunté qué eran esos criollitos con manchitas negras y me respondió: pan con bacon. Luego se quedó en silencio y me clavó los ojos con aire de zozobra. Yo también quedé en silencio. Creo que en ese momento toda la panadería quedó helada espiando lo que estaba por suceder. No era joda. El tipo no iba a venderme criollitos con chicharón hasta que no pidiera pan con bacon. Yo alternaba la mirada entre los criollitos y el guaso con un suspenso cruel hasta que me decidí y le dije: ta bien me convenciste, dame un cuarto de pan con bacon, pero que tenga mucho chicharón.