Algo de europeo debo tener porque cada vez me caen peor
las visitas sorpresas. Ayer tuve invitados que no esperaba. Por lo menos no los
esperaba ayer. Cayeron cuando no estaba, así que apenas me avisaron tuve que
salir del trabajo como si huyera de la interpol. Andar apurado es algo que me
cae como el culo. Encima caen a fin de mes. Otra cosa que me cae como el culo,
fin de mes. Seco como tostada de gluten. Abrís la heladera y lo único que ves
es la lucecita.
Me cae como el culo tener que limpiar o acomodar mis
cosas porque vienen visitas. Encima, Cintia no estaba, así que también tuve que
ordenar las cosas de ella.
Laburo de lunes a sábado, eso es otra cosa que me
cae como el culo. Laburar y limpiar son dos cosas que me demuestran que no
pertenezco a la clase trabajadora sino que me la han impuesto.
Yo admiro a los que pueden cagar con la puerta
abierta porque no tienen miedo a los invitados.
Los Ochoa, de al lado de casa, más que europeos
deben ser nazis porque dicen que habría que matar a todos los invitados de
mierda. También me caen como el culo los Ochoa.
Lo bueno de las visitas sorpresas es que se van
rápido. Eso no me cae como el culo. Casi ni los ves. Dos o tres palabras y
listo, se fueron.
Al final, lo bueno de tener tantas cosas que me caen
como el culo, es que en un toque te olvidas de todo lo que se llevaron los
invitados sorpresas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario