¿Quién sos? me preguntó en seco después de 22 años juntos. Que tupe tiene que tener una persona para
preguntar con tal descaro y bronca quién es uno, después de tantos años
compartiendo todo.
Ahora te voy a decir quién soy. Grité con más fuerza y con más
bronca y, mientras el eco del grito se
alejaba de mi cabeza, llamé a todos mis personajes para que vinieran a
escupirle en la cara quien era yo. Pero no vino ninguno. Ni el mejor, ni el
peor, ni el penoso, ni el maltratador, ni el engañador, ni nadie. Estaba solo y
me había vuelto un desconocido. Entonces supe que era el fin. Me había sanado.
Luego lloré, y ese era yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario