Desde que te fuiste no para de llover. Y es que
nunca en la puta vida llovió tanto como en estos días. La casa se llenó de
hongos, todo es verde esperanza y miles de polillitas revolotean sobre nuestra
cama pero tú no estás aquí.
La ropa no se seca, ya no tengo que ponerme y me
puse tu culote. Ajusta un poco pero no está mal, tal vez podríamos ahorrar un
poco si compartimos mis boxers y tus culotes.
Busco tu perfume en la cama pero el colchón es pura
humedad. Enciendo tus sahumerios, aunque no huelen igual si no son tus manos
que los encienden. Me estoy volviendo loco.
Hoy no dormí, me entretuve recordándote y te planché
las 52 remeritas iguales que te compraste en la salada. 51 porque la última se
me quemó, perdón. También se quemó tu notebook, perdón. Es que la dejé cerca de
la plancha mientras veía en el ropero todo el espacio que ocupas en mi vida.
Tu ausencia me está destrozando el estómago. El culo
se me llenó de harina y casi no voy de cuerpo. Tuve que ir a los chinos a
comprar lácteos, ahora cago muy bien.
Desde que no estás, el tiempo es una agonía, y es
que no hago otra cosa que pensar dónde dejaste los papeles del auto. Hoy casi me
da un infarto con la caminera, culpa de esos conitos de mierda casi levanté un
policía. Tuve que darme a la fuga porque me iban picotear con los conitos.
Todavía estoy un poco perseguido, por eso voy al negocio en bondi.
Los cachorritos son adorables y crecen con envión.
Me mantienen activo las 24 hs, sigo sin dormir, no se cansan nunca los hijos
puta, y eso que ya no quedan más plantas para que jueguen. Por cierto, lamento
mucho lo de tus violetas, los cachorritos las secaron. Me hubiera gustado
esperarte para que juntos les pusiéramos nombres, pero tuve que bautizarlos de
urgencia porque se escaparon un montón de veces y los vecinos no me los querían
devolver porque no sabía cómo se llamaban. Al gordito culón le puse Yaco
Botero, porque es el que más se parece a mí. A la que se parece a vos le puse
Linda Khalo. Se parecen a nosotros. Botero se la pasa todo el día durmiendo, se
levanta para comer y cagar. En cambio la Linda no para, está todo el día
mordiéndole la oreja o la cola, se le tira encima al Yaco hasta que lo convence
y lo saca a jugar. Esto me hace extrañarte mucho.
Ojalá que tu mamá se recupere pronto. Sé que estás
semanas han sido muy duras para nosotros, pero para mí peor. Es muy difícil la
convivencia cuando no estas. Me haces levantar tarde, salir sin desayunar, me
haces comer a cualquier hora y me haces olvidar las llaves, encima, me
preguntan por vos, qué cuándo volves, qué si volves y qué mierda les importa,
por qué no se meten en sus cosas. La verdad es que no tengo ni idea cuando
volves. Dijiste un mes. Pero, cuánto es un mes. Cuánto tiene que faltar para que
vuelvas. Ya llovió demasiado y el mes ya se cumplió cuando te dejé en el
aeropuerto y todavía falta un mes, todo el tiempo falta un mes que puede
terminar mañana o la semana que viene. Entonces me broto y me da caspa. Tengo
ansiedad y una fortuna tirada en terapias que no me calman las ganas de vos,
entonces apelo a las sorpresas, compré un jabón de esos caros que tanto te
gustan y guardo el mejor vino que pude comparar y otras chucherías a tu medida,
pero de todos modos desespero, porque nada, excepto vos, me calma las ganas de
nosotros.
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