—Cuando salga el divorcio voy a hacer una fiesta, me
tenés harto, ¡harto!
—¿Si? Y yo con el vestido de boda voy hacer servilletas.
—Y yo voy a poner fotos de tu mamá en la piñata de
la fiesta así la cagan a palos.
—¡Y yo voy poner chizitos con tu foto para que todos
sepan que la tenés tan pequeñita que nos separamos porque nunca me diste un
orgasmo!
—Bueno, vos quédate con la podadora así te podes depilar
las piernas.
—Seguro que a la puta con la que andas ahora no le
decís estas cosas.
—No, porque ella si se depila y me trata bien, no
como vos que me tratas como enemigo.
—¿Yo? Pero si fuiste vos el que arruinó todo, ¿o ya te
olvidaste de los cuernos?
—¿Cuántas veces querés que me arrepienta?
—Dame el divorcio, aunque sea una vez, haceme feliz.
—Te odio.
—Yo también te amo.
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