La verdad
no es lo que parece. Tampoco la mentira es lo que parece. Dicho de este modo,
verdad y mentira equivalen lo mismo, como un kilo de plomo y un kilo de plumas
aunque, a menudo confundimos estos términos,
pese a esta equivalencia, hay una tendencia clara, evidente y autoritaria,
a favorecer impunemente la verdad por
sobre la mentira, como si la mentira fuera la loca mala de la novela.
Vivimos
en la ilusión de que la verdad triunfará, será buena y justa, bonita y encima
nos liberará, vaya a saber dios de qué nos va a liberar. A mí todo esto me hace
pensar en una verdad tremenda y hermosa saliendo de adentro de una torta y
todos medio en pedo festejando, Pero nada que ver, por lo que vengo
experimentando, la verdad siempre llega tarde, es fea, y en el peor de los
casos te la dice un médico afeminado o un empleado judicial con cara de ojete…
Lo cierto es que no conocemos ni una sola verdad, ni siquiera la de la famosa
milanesa, pero igual le tenemos una fe ciega. Vivimos de la ilusión.
Desde
niños, nos muestran una intencionada exaltación de la verdad por sobre la
mentira. El que dice la verdad recibe un premio, o evita un castigo. Así que no
voy a dar muchas vueltas con esto y aceptemos que desde nuestros primeros pasos
en el social contact humanity nos han inducido a decir verdades como
mentiras, y mentiras para acomodar nuestros intereses y deseos con los de los
aquellos que influyen en nosotros, es decir no como principios descriptivos de
lo que sentimos adentro, sino como medio o contraprestación de lo que vamos a
recibir a cambio de lo que vamos a decir.
Para mí,
esto ha devenido un derrotero de mentiras y verdades estúpidas.
Sin ir
más lejos, reflexionen honestamente en los intereses personales (y reales) de
los actores:
¿Un niño
dirá la verdad, sabiendo que lo van a castigar si lo hace? ¿Acaso el niño es
tonto? No, no lo es. Va a mentir y es natural que lo haga porque aceptar un
castigo por culpa o por otra emoción afín es someterse a la energía del otro y,
naturalmente, nadie quiere ser un Ser_sometido. Entonces, la verdad es
que mentimos para liberarnos.
Ya lo
hacían los Comechingones cuando mentían su identidad para evitar que el colono
español le partiera las costillas mientras trabajaban gratis para él.
¿Y del
otro modo? Decir una verdad y recibir un premio a cambio, ¿es verdad o es
justo? Yo creo que ni es verdad ni es justo, ni siquiera deja de ser una
mentira o un engaño.
Veámoslo
desde la vereda del frente. El adulto (mamá o papá o quién sea) que cuestiona a
un niño por la verdad o la mentira de tal o cual cosa, realmente ¿qué pretende
oír? ¿La verdad? ¿Una mentira? Posiblemente no sepa que quiere oír (si la
verdad o una mentira), pero sabe lo que debe decir el niño frente a él, para
dejarlo satisfecho, y con honestidad alterará las circunstancias para adecuar la
verdad del niño a su percepción personal.
En
resumidas cuentas y sin caer en críticas que no tengo, la verdad y la
mentira fueron manipuladas siempre, y hoy verdad y mentira se han
convertido en las dos mangas de una camisa que no nos quitamos nunca.
Este
texto no es algo sencillo si lo lee un mentiroso inconsciente o
consuetudinario, pero es peor todavía
para todos aquellos que se creen o piensan que sólo dicen verdades, porque el
mentiroso puede volverse honesto si reconoce su ignorancia o si reconoce su
intención de mentir, pero aquel que está convencido que sólo habla de verdades,
será siempre un mentiroso.
Esto
piensa el autor, que tampoco piensa mucho que digamos, pero se pregunta: ¿por
qué no hacerlo más simple?
Imaginemos
otra forma… Imaginemos, vamos no seamos vagos…
Yo
preguntaría a un niño: ¿Cuál es tu verdad?
Y
preguntaría a un adulto: ¿Cuál es tu verdad?
Y
preguntaría a un adulto más adulto: ¿Cuál es tu verdad?
Y me
pregunto a mí mismo: ¿Cuál es mi verdad?
Y me
digo: La verdad es que le tenemos miedo a la verdad, y por ahora, nos salva la
mentira de la milanesa.
Pensá
Limón
~~~~~
Va de Yapa.
Damas y caballeros
tengan todos uds. muy, pero muy buenos días y desde ya muchas gracias por su
amable atención. Enseguidita nomás paso a explicarles que es lo que les acabo
de escribir y les adelanto que sólo por esta vez, se encuentra en un precio
promocional y único de oferta exclusiva e imperdible oportunidad: Un click. Sí
señora, sí señor, escucho muy bien, dije un cilck! Ofertononon. A tan sólo un módico click de todos Uds., sólo de Uds
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con este texto se hizo acreedor/a de una entrada gratis a escuchar, sí, leyó bien señor, es-cu-char,
al escritor leerse a sí mismo, en vivo y en directo. Único y sólo para uds.
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jueves a las 20 pm. (para mayores)
¿Cómo hacer? Un click aquí: http://www.radiobicicleta.com.ar/
¿Mentira? Sí, no, bueno, averígualo.
…Tengan todos Uds. un
muy placentero viaje y feliz retorno a sus hogares.
Daniel
Hidalgo.
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