A la comunidad en general le ruego cualquier información
sobre el paradero de mi zapatilla blanca. Desapareció antenoche de la puerta de
mi casa. Se trata de una zapatilla blanca, izquierda, tipo de fútbol cinco con
detalles azules gastados y marca ilegible. La última vez que fue vista estaba
en mi pie, llevaba un cordón largo blanco y deteriorado. Tiene aproximadamente tres
años de uso y responde al nombre de Zapatilla.
Temo que se la pueda haber llevado Enzo, el perro negro de
la esquina que tiene collar con tachas, lo debe haber hecho para marcarme el
territorio. Se quiere montar a la Nina que está por entrar en celo. El hijo de
puta estuvo toda la noche jodiendo en el jardín, no me dejó dormir, lo saqué a
escobazos varias veces y esta mañana mi zapatilla blanca no estaba.
Me aflige pensar que una zapatilla extraña a la otra tanto
como yo extraño a las dos juntas.
No es cualquier par de zapatillas, para mí son muy
especiales porque son las únicas que tengo.
Hoy tuve que ir a trabajar con una zapatilla en un pie y un
zapato en el otro. La situación es delicada porque tengo solo un par de zapatos
nuevos de hace cinco años y si me llegan a invitar a un casamiento estoy al
horno.
Cuando compré la perra me dijeron: no compres perra porque traen
muchos problemas cuando entran en celo. Tenían razón. Debería haber comprado
tres zapatillas en vez de dos y hubiera tenido una para usar re-puesto.
La gente es ridícula, se burlaban porque veían un zapato y
una zapatilla caminando juntos, pero más ridículo soy yo porque tuve miedo de
que alguien encontrara la zapatilla y huela mi olor a pata. Pensé en olvidarla,
abandonar la idea del reencuentro, pero Gloria, la vecina del pelotudo que le
pone collar con tachas al perro, me dijo que vio al Enzo con una zapatilla
blanca parecida a la mía y ahora todos los vecinos se van a enterar de mi olor
a media mojada.
Si alguien ve mi zapatilla le aclaro que no tengo hongos,
solo champiñones. Tampoco tengo un mango para recompensa, pero voy a domicilio
sin cargo y llevo talco para demostrar la propiedad horizontal y el arco,
aunque me griten ceniciento y se reían de mi andar, solo quiero mi zapatilla blanca
para salir a caminar con la Nina.
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